jueves, 19 de noviembre de 2009

WILLIAM MORRIS Y LAS ARTES DECORAIVAS


William Morris, nacido en 1834, era hijo de un hombre de negocios bien posicionado economicamente. Originalmente, Morris, pretendía dedicarse a las órdenes sagradas, pero tras conocer los ideales de Carlyle, de Kingsley y de Ruskin, se vio influido por estos y decidió consagrar su vida en el arte. A partir de los años 1860 es cuando definitivamente, Morris, se dedica a las artes decorativas. Da forma a su personalidad, adquiriendo seguridad en sí mismo, y denunció con vehemencia la estructura social de su época porque era fatal para el arte, ya que este estaba ligado a la moral, a la política y a la religión; deseaba cambiar el arte y la estética tradicional que reinaba en la sociedad inglesa en el siglo XIX.


RED HOUSE
La Red House (La Casa Roja) fue diseñada en su totalidad para William Morris y su esposa. Se trata de un concepto de obra de arte total llevado a cabo por Rossetti, Philip Webb, Madox Brown y el mismo Morris, entre otros.
Diseñaron desde el jardín, distribución, ventanas, hasta la chimenea, mobiliario. Todo lo que constituía la vivienda estaba diseñado por Morris y sus colaboradores. Philip Webb se encargó de el proyecto de arquitectura de la Red House rompiendo la manera habitual de diseño arquitectónico de la época de aire renacentista. Esta innovación profunda se fundamenta en cada detalle de la estética de la casa inspirada en su esencia en el medivalismo: fachada de ladrillo rojo visto con ausencia de ornamentación, el bajo y ancho porche, la alta ladrillada chimenea abierta...

La necesidad de amueblar la Casa Roja, dio lugar a la fundación de la Firma, ya que los muebles de estilo victoriano poco tenian que ver con el estilo de sus proyectos arquitectónicos. Sus diseños eran artesanales y de una calidad exquisita, con menos ornamentación que los muebles habituales de esa época. La empresa Morris, Marshall, Faulkner & Co. estaba formada por un grupo de pensadores y artistas que se dedicaban a la pintura, talla, muebles, tapices y metales.

En 1865, se planteó la idea de ampliar la Red House a un gran cuadrilátero, cuyo recinto albergaría los talleres de la Firma, pero este plan no se llevó a cabo y finalmente se trasladaron a Queens Square. A partir de aquí, la Firma toma un significado público: el intento de reformar todo, reformar una época farisaica por medio de las artes decorativas.
Morris, reivindicaba un arte libre y para todos, un arte que fuera asequible para todo el mundo, ya que con su ideología socialista pretendía que el arte fuese parte de los objetos cotidianos, y sobre todo producidos de manera artesanal, ya que Morris rechazaba los métodos industriales de trabajo.

William Morris y sus colaboradores, habían establecido una compañía de artistas y artesanos que reivindicaban revivir las artes menores de Inglaterra frente a una época que consideraban de mal gusto. Morris tomó la responsabilidad de llevar él mismo el negocio, fue uno de los diseñadores de la firma mas destacado y además, el nexo principal entre el resto de diseñadores y artesanos.


DISEÑO Y ARTESANÍA
En su opinión, la “arquitectura aristocrática” que se originó durante el renacimiento, había destruido los modos naturales de trabajo y propusieron la arquitectura como centro de todas las actividades de diseño (idea que sería recogida por el racionalismo del siglo XX), además establecen como principio, el regreso al medievalismo tanto en la arquitectura (con el neogótico) como en las artes aplicadas. Se inclinaban hacia los modos de trabajo de la Edad Media, hacia el tratamiento de los materiales por el artesano medieval, y se preocupaban de la sustancia y de la estructura, más que del estilo, y perseguían una coherencia formal en los productos artesanales.

William Morris puso gran énfasis en los elementos decorativos derivados del arte medieval e impregnó con simbolismo todas las áreas creativas que desarrolló. Consideraba inseparable el estudio y la práctica, lo cual le proporcionó una gran autoridad en todas las artes decorativas. Esta unión la expresó especialmente en el campo del tejido de la tapicería, cuyo arte aprendió sin más ayuda que la documentada en un libro del siglo XVIII. Estudió las tradiciones del pasado, que según él, eran esenciales para formar a un buen diseñador.

Morris considera que el objetivo debe ser combinar la claridad de la forma y la firmeza de la estructura con el misterio propio del detalle, que cada línea del objeto pueda ser explicada por la estructura y funcionalidad de este, sin dejar por descifrar ninguna línea.
En la teoría Morris quería despojarse de la ornamentación y de los sobrecargantes destalles que cubría todo en cada diseño, pero en la práctica le fue dificil llevarlo a cabo, aunque hay que reconocer en sus obras la simplificación de las formas y abstracción en cierto modo de la naturaleza a la hora de plasmarlas en estampados de papeles y tapices.

Algunas obras de William Morris:

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